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Vagina, vulva, clítoris: Anatomía de la perfección

Actualizado: 7 dic 2020

“A ninguna mujer le ha beneficiado nunca

aprender menos sobre su cuerpo”.

La biblia de la vagina -- Jen Gunter



Llamemos a cada cosa por su nombre.


La vagina y la vulva mandan a decir que, por favor, dejemos de confundirlas y creer que son sinónimos. El clítoris en cambio sabe que es inconfundible, pero lo que nos pide a gritos es que lo exploremos sin miedo... que no nos vamos a arrepentir.


Muy a menudo las mujeres confundimos la vagina con la vulva. A veces “vulva” nos suena más médico, y entonces nos referimos a “todo” como vagina. Lo cierto es que son dos cosas diferentes, conectadas entre sí, pero dos cosas al fin. En este artículo empezaremos a llamar a las cosas por su nombre y a entender las funciones de cada una. Vayamos de afuera hacia adentro:




VULVA: es la parte genital externa. Es lo que vemos si usamos un espejo, lo que roza con nuestra ropa interior. Es el conjunto de órganos más importante para el placer sexual y protector #1 de la vagina.


En la vulva se concentran:


Labios mayores: el tejido carnoso más externo, tienen vello y se extienden a cada lado desde el hueso pélvico para proteger internamente.


Labios menores: son los labios internos, su tamaño es diverso, rara vez son iguales entre sí y están cargados de terminaciones nerviosas, imprescindibles para la respuesta sexual.



Cuerpo clitoral: el capuchón que recubre y cuida al clítoris.


Clítoris: glándula cuyo único propósito en la vida es hacernos sentir placer sexual. Lo que vemos externamente es sólo la punta del iceberg. Físicamente, imagina una Y invertida que puede llegar a medir entre 5 y 9 cm internamente.


Meato urinario: por donde hacemos pipí. Está conectado directamente con la vejiga, riñón y uréter, y es uno de los 2 agujeros que están en la vulva.


Introito vaginal: es el otro agujero y es la puerta de la vagina; por donde tenemos penetración o por donde sale un bebé.


Después de saber que TODO esto está albergado en la vulva, entendemos por qué no quiere que sigamos confundiéndola con nadie más…


LA VAGINA: ya vimos que en la vulva teníamos un agujero que nos llevaba a la vagina. Es decir, la vagina es interna y es un canal. Es el “puente” entre vulva y cérvix (cuello del útero).


Esta especie de tubo recubierto de músculos es lo que puede ensancharse y estrecharse cuando nos ponemos la copa menstrual, durante nuestras relaciones sexuales (en caso de ser con penetración) o permitir que salga un bebé y luego volver a su tamaño.



HABLEMOS DEL HIMEN

A nivel médico, la vagina empieza donde está el himen, pero ¿alguien sabe qué es?, ¿para qué sirve?, ¿por qué está allí?


En serio, a nivel evolutivo hay muchas dudas sobre si eso está allí para ser un medidor biológico de la “pureza” de la mujer. Así que compartimos un texto muy lúcido del libro La biblia de la vagina, escrito por Jen Gunter, ginecóloga y obstetra canadiense.


“Mi teoría es que el himen era en algún punto de la humanidad una barrera física de protección. Antes de la pubertad, la piel mucosa (piel del canal vaginal) es muy sensible a irritaciones. (...) A medida de que fuimos evolucionando, el himen empezó a no ser tan necesario para la supervivencia y quizás eso explica porque hoy en día tenemos tantos diferentes tipos de himen. Sencillamente, ya no es biológicamente importante.”


¿PUEDO USAR LA COPA MENSTRUAL SI SOY VIRGEN?


Para fines prácticos usamos la palabra “virgen”, pero queridas lectoras, sepan disculparnos. Respondiendo a la pregunta, ¡sí! claro que puedes usarla si aún no has tenido sexo con penetración, pero para ello es importante que sepas primero qué tipo de himen tienes. La relación con tu copa menstrual puede empezar cuando tú quieras y esa “primera vez” puede ser contigo misma :) Si te sientes más segura, te recomendamos visitar una ginecóloga previamente que te guíe al identificar qué tan grueso o elástico es tu himen.


El himen, al igual que nuestras vulvas y vaginas, nuestros cuerpos y ciclos, encarna el principio de la diversidad. Si tu vulva tiene labios dispares en tamaño y eso no te molesta físicamente: quiérelos tal y como son. Invita a aquellos con quienes decidas compartir tu intimidad que los quieran por igual.


En un contexto social que se empeña por decirnos cómo es la “belleza” y hacernos parecer a todas iguales, defendamos la diversidad de nuestros cuerpos, escuchemos su infinita sabiduría y no permitamos que nadie nos diga que ser nosotras mismas no está bien. ¡Al contrario! Somos diversas y eso está bien.






Este es el primer artículo de nuestra serie “Vagina, vulva y clítoris”, para la cual hemos entrevistado a la ginecóloga Mayra Alvear, quien actualmente trabaja en La Maternidad de Quito. También consultamos el libro La Biblia de la vagina, escrito por Jen Gunter, ginecóloga y obstetra canadiense. Si quieres más información, te invitamos a ver el 2do artículo de la serie, y el LIVE que hicimos con Mayra Alvear en instagram.


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