Cuando Bernarda, la fundadora de OVA, inició su búsqueda e investigación sobre el ciclo menstrual y la salud de la mujer, se encontró en el camino con Michelle Soto y Geneviève Rajoy, ambas asesoras en salud reproductiva holística, egresadas del Justisse College, de Canadá.
Fue en un taller que ellas dieron en conjunto, en Quito, y posteriormente en un curso personalizado con ellas, cuando Bernarda empezó a entender mejor el complejo y maravilloso universo del ciclo menstrual. Para este artículo, retomamos lo aprendido en esos encuentros y compartimos ustedes esta valiosa información.
“SOMOS ANALFABETAS DE NUESTRO PROPIO CUERPO”
Como mujeres, no sólo no “leemos” nuestro ciclo: no sabemos cómo hacerlo, y tampoco la influencia que esto tiene en otros aspectos de nuestra salud, por eso cuando Geneviève Rajoy pronunció estas palabras, nos identificamos y reflejamos en ellas. En nuestro artículo anterior hablábamos sobre las infecciones urinarias, ahora es el turno del ciclo menstrual.
El CICLO MENSTRUAL COMO QUINTO SIGNO VITAL
En el contexto médico, en 2004 se propuso que el ciclo menstrual fuese considerado el “quinto signo vital” para las mujeres; quien lo hizo fue la doctora Paula Hillard, profesora de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Cincinnati, EEUU. Luego, en el 2015, el Colegio de Obstetras y Ginecólogos de EEUU publicó el documento “menstruaciones en niñas y adolescentes: utilizando el ciclo menstrual como un signo vital”. Si bien es motivo de celebración, tanto Geneviève como Michelle comentan que es un conocimiento ancestral, y que ya se consideraba como tal en otras culturas.
Es decir, que al igual que la respiración o el pulso cardíaco, nuestra sangre, moco cervical, cérvix, temperatura, etc., también guardan en sí la información de lo que ocurre internamente en nuestro cuerpo. En ese sentido, ¿cómo podemos identificar si tenemos un ciclo saludable?
La información que aprendimos es que si dura “28 días”, y si somos “regulares” y fértiles, contamos con un ciclo menstrual saludable, pero al contrario de como hemos sido (mal) educadas, no es tan lineal. Como describe lúcidamente Michelle Soto en una de sus publicaciones “Los famosos 28 días son el promedio de duración de un ciclo, pero una persona puede tener ciclos menstruales completamente saludables que duren entre 25 y 36 días.
Por otro lado, hay una importancia desproporcionada en la menstruación. El sangrado es evidentemente el evento más visible de nuestros ciclos, pero no es el único. Un ciclo menstrual saludable va más allá que la idea de la “regularidad”, tiene que ver con las características de nuestro flujo menstrual, la calidad y cantidad de moco cervical en nuestros ciclos, si ovulamos o no, cuánto dura nuestra fase postovulatoria y muchas otras características que se pueden observar, registrar y analizar.”
Eso quiere decir, por ejemplo, que si tu ciclo viene cada 28 días, no es sinónimo de que está sano. Si hay un desbalance en el resto de factores como la ovulación o el moco cervical, seguramente haya que prestar atención a lo que está diciendo tu ciclo. En el Justisse College, dirigido por la Dra. Geraldine Matus, proponen la cifra de que 8 de cada 10 mujeres no está teniendo un ciclo saludable en la actualidad.
SÍ, AL MENOS 8 DE CADA 10 MUJERES NO TIENE UN CICLO SALUDABLE
Además de observar las características de nuestro sangrado, lo cual puede darnos información importante sobre nuestra salud, existen otros parámetros que deben tomarse en cuenta para determinar la salud de nuestros ciclos como por ejemplo si estamos ovulando regularmente o no y la duración y características de las distintas fases del nuestro ciclo. Lejos de pensarlo desde el deseo o no de lograr un embarazo, la fertilidad es nuestro indicador por excelencia de si nuestras hormonas están balanceadas y si nuestro ciclo está siendo saludable. A continuación te explicaremos a detalle cuales son las distintas fases del ciclo y sus características principales:
FASES DEL CICLO MENSTRUAL
Nuestros queridos ciclos: el ovárico y el menstrual. Una danza armónica (o no) entre hormonas, emociones, procesos bioquímicos, y un maravilloso mapa de rutas internas que, si aprendemos a “leer”, puede guiarnos hasta lo más profundo de nosotras mismas. Se manifiestan en dos fases:
FASE PRE OVULATORIA (o fase folicular)
Evento indicador: la menstruación. Es la primera señal del inicio de esta fase. Comienza con el flujo menstrual (no sólo manchas) y se estima que una duración saludable es de 3 a 7 días.
Hormona predominante: estrógeno. En esta fase, el nivel del estrógeno aumenta y es lo que ayuda al endometrio a crecer.
El cérvix se comienza a suavizar, se ablanda y se abre.
La temperatura basal tiende a bajar porque el metabolismo disminuye.
Moco cervical: El moco es el indicador de que tu cuerpo está preparándose para el evento de ovulación. En esta fase hay días secos y llegando al final, hay días con presencia de moco. Ese moco es el “umbral” entre la fase pre ovulatoria y la post ovulatoria, y es el indicador de la ventana de fertilidad. Atención a este punto: Cuando existe moco cervical (elástico, clara de huevo, lubricante, etc.) si bien es el indicador de nuestros días fértiles, no es garantía de que hemos ovulado.
La duración puede variar: la fase pre ovulatoria es la fase más cambiante. Lo que vivamos aquí (preocupación, estrés, cambios de hábitos, falta de sueño o alimentación) va a definir en primer lugar, si tu cuerpo ovula a la primera, o si necesita hacer un segundo intento más para ovular (sí, cuando el estrógeno no llegó a los niveles necesarios, tu cuerpo lo intentará una vez más); y en segundo lugar, si ovulamos o no. Por eso es la fase que puede variar su duración de mujer a mujer, y en una misma mujer, de ciclo a ciclo.
En cada mujer esta fase será distinta. La presencia de moco cervical y cambios en la textura apertura y posición de nuestro cérvix nos pueden avisar que estamos en la ventana fértil del ciclo, y finalmente es el aumento sostenido de la temperatura basal la que confirmará si se dió una ovulación o no. Si quieres aprender a monitorear cómo estas señales de fertilidad se manifiestan en ti, te invitamos a seguir cursos de métodos sintotérmicos con personas especializadas.
FASE POST OVULATORIA (o fase lútea)
Evento: la ovulación. En un ciclo saludable, la ovulación marca el inicio de esta fase; el óvulo se desprende de los ovarios dejando un cascarón suave, también llamado cuerpo lúteo, que se encarga de producir la hormona progesterona, protagonista principal en esta fase del ciclo.
Hormona predominante: progesterona. El aumento de esta hormona es lo que hace que el endometrio (tejido que menstruamos, y que si se produce el embarazo se convierte en placenta) empiece a fortalecerse y prepararse nuevamente hasta el siguiente ciclo.
La cérvix en esta fase se cierra y se endurece, por el aumento de la progesterona.
La temperatura basal: existe un cambio y aumento en esta fase. Una vez que se da la ovulación la temperatura basal se eleva y se mantiene elevada hasta justo antes del cominezo del siguiente ciclo menstrual. Si no se da un cambio en la temperatura basal, quiere decir que no hubo ovulación.
Moco cervical: en un ciclo saludable, la progesterona hace que el moco se seque.
La duración: esta fase dura lo que tarde el cuerpo lúteo (cascarón donde estaba el óvulo) en desintegrarse. En la misma mujer, la duración será entre 12 a 16 días (en un ciclo saludable) y cambiará a lo largo de sus etapas (adolescencia, menopausia, etc.). Si esta fase dura más o menos de esos días de referencia, es probable que exista un desbalance hormonal en la mujer.
En estos días, es imposible que se produzca un embarazo, porque aún el cuerpo lúteo se está desintegrando y no se ha formado un nuevo óvulo. El único factor que puede hacer que esta fase dure más es que se haya producido un embarazo, en ese caso, el cuerpo lúteo seguirá produciendo progesterona sólo hasta la semana 12 del embarazo, y cuando se termine de formar la placenta, será desde allí donde se produzca la progesterona.
¿Cómo me ayuda la copa a entender más sobre la salud de mis ciclos?
La copa nos da la oportunidad de medir la cantidad de sangre que menstruamos, por esto es una gran herramienta para empezar a “leer” nuestro ciclo. Por ejemplo: toma en cuenta que un ciclo sano dura entre 3 a 7 días, y que en toda la menstruación deberíamos producir entre 30ml y 80ml de sangre.
Partiendo de esta base, nuestras copas OVA almacenan esta cantidad por tallas:
Talla P-23ml: (en todo tu ciclo, deberías llenar al menos entre 1.3 copas, a 3 copas ½).
Talla M-28ml: (en todo tu ciclo, deberías llenar al menos entre 1 copa a 2.8 copas).
Talla G-32ml: (en todo tu ciclo deberías llenar al menos entre 1 copa a 2.5).
La copa también nos ayudará a ver el estado de la sangre. En un ciclo saludable, el 70% del sangrado se elimina en los primeros dos días, el color de la sangre es rojo y brillante, es fluida y no demasiado líquida, sin presencia de coágulos grandes, y sin olor fuerte.
Para más información sobre cómo puedes “leer” el ciclo menstrual, te recomendamos consultar a Sintotérmicas en Red, una red de educadoras latinoamericanas sobre el método sintotérmico; y si quieres asesorarte para empezar a entender tu propio ciclo y usarlo como aliado, te invitamos visitar el proyecto Fimbria, de la educadora y asesora en Salud Reproductiva Holística, Michelle Soto, y también a Geneviève Rajoy, igualmente profesional en Salud Reproductiva Holística.
Si llegaste hasta aquí, ¡gracias! Nos encantaría saber si este artículo te ayudó a entender algo sobre tu ciclo, o si te animó a empezar a “leer” tu propio cuerpo. Agradecemos a Michelle Soto, a Genevieve Rajoy, y a todas las mujeres que han tomado la iniciativa en este camino, iluminando los pasos de todas las que empezamos a caminar en esa dirección. ¡Gracias!
Abrazos,
Equipo de Ova.
Para este artículo tomamos fragmentos de entrevistas y talleres de Geneviève Rajoy y Michelle Soto, ambas asesoras profesionales en Salud Reproductiva Holística, egresadas del Justisse College, en Canadá. También consultamos el libro Justisse Method: Fertility Awarness & Body Literacy. A user Guide.
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